26 de junio de 2008

¡¡ Les juro que yo no fuí !!


Una historia con cuatro personajes: un inocente, un culpable, un ignorante y medio, y un medio convencido.
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Después de 20 largos años reinicié una actividad que me trajo muchísimos recuerdos de aprendizajes, gratos momentos vividos con personajes y personalidades muy especiales, y por sobre todas las cosas con un momento que:
¡¡ nunca más en mi vida quisiera vivir !!
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Alfredo hacía un programa de Radio nocturno de 2 horas diarias con una temática variada; me ofreció ser columnista los martes y los jueves, cosa que agradecí gustoso ya que nada colmaba más mis expectativas que aportar y aprender de personas siendo oído por otras miles de ellas.
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Mi amigo Alfredo conducía de maravillas los tiempos, cadencias y sensaciones de ese programa desde un sillón plantado en un extremo de la mesa oval del Estudio 2 de Radio Splendid, a su derecha había otro sillón gemelo, 3 o 4 sillas que servían de "comodines" por si venían más invitados, y 2 butacas con rueditas de una cuerina o algo así que eran las preferidas por los que frecuentábamos el programa; eran realmente cómodas y con una altura ideal; pero.... en determinado momento o circunstancia, ante un movimiento imprevisto y nunca controlado, o la fricción de los materiales, o la humedad ambiental, o la combinación mágica de todas estas variables; hacían
¡¡ Prrrrrrrrrrrr!! de manera muy grosera.
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Esa fatídica noche recibimos a dos profesionales invitados, especialistas en temas jubilatorios ya que era el eje del programa de ese martes, hasta que a poco de comenzar el mismo yo hago un movimiento como el de los tantos que hacemos inconscientemente para reacomodarnos y surgió de mis asentaderas un tremebundo
¡¡ Prrrrrrrrrrrrrrr!!!
tras lo cual hago el movimiento estratégico clásico para estos casos: repito el movimiento para que mis compañeros de mesa se dieran cuenta que era una cuestión de roce entre la cuerina de la butaca y mis pantalones, (como siempre lo hacíamos frente a estos imprevistos),... pero no,... nunca volvió a salir el condenado pero reinvindicante ¡¡ Prrrrrrr !!.
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Así que, mientras hacía mis ejercicios mentales para no trasladar al aire y a los oyentes mi creciente angustia de sentir el pensamiento injustamente condenatorio de mis compañeros de Estudio, comenzó a invadirnos un aroma tremendamente nauseabundo, pesado, permanente, denso,... sólo le faltaba tener color también !.
Mi confusión duró hasta la primer mirada recibida, no condenatoria, sino de profunda angustia de mi ex(?) amigo Alfredo, que con ojos rojizos, hablando de la ley 24558, me decían claramente:
" Hijo de Putaaa !!, nos matasteee!!".
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Mi mirada rápidamente cambió de la de pedirle compasión y entendimiento a Alfredo por mi inocencia, a la de odio profundo al cobarde que realmente fue y se escudó en mi involuntario y accidental ruido butaquesco.
Rápidamente pensé: " Alfredo es incapaz de algo así sin pedir disculpas y ponerse colorado", 20 años de conocimiento me avalan, tiene que haber sido uno de los dos invitados de mi amigo, por lo tanto no le voy a hacer pasar un mal momento si me dejaba llevar por mi impulso de agarrar del cuello al culpable y hacerle consumir cuádruple ración de oxígeno, transformándolo en una aspiradora humana, hasta que desapareciera ese putrefacto estado de cosas.
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Entonces, como un señorito inglés me comí la mirada angustiada y doliente de por lo menos dos de mis compañeros de mesa (el tercero era el culpable).
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La hora y media que faltaba de programa me la pasé observando una pista, un gesto, un movimiento, una mirada, un paso en falso, un tic, una señal que denunciara al responsable de aquella atmosféra pestilente que aún permanecía entre nosotros cual fiel compañera incondicional.
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El programa terminó, nos saludamos, yo sabía que uno de ellos lo hacía con mucho agrado de alejarse de mí, y el otro con un grado de culpabilidad que sinceramente hasta estos momentos espero que sienta.
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Con Alfredo tuve una larga charla explicativa, ... yo creo que hasta el día de hoy me creyó solo por la mitad.
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6 comentarios:

Estrella dijo...

Ja, ja, me hiciste reír!
Cuentos de este tipo habrá a montoones, sospecho yo!

rodolfo dijo...

ESTRE
Si, algunos me los olvidé, otros me dan verguenza y otros están a la espera del momento oportuno.

Anónimo dijo...

Ta bueno:
"solo le faltaba tener color" jajajaj ¡¡ me mató !!!jajjaja

Anónimo dijo...

jejej, muy bien contada rodo, me estoy cag,,,, de risa, y no con el sillon

rodolfo dijo...

PATTICORTI
En serio, solo faltaba eso, hasta se "tocaba"
CLAUDIO
Gracias, es la gracia de lo cierto.

Anónimo dijo...

Rodo,que momento para un dandy.........jaajaajaa,me has echo reir!!!!!ahora me voy a acostar con una sonrisa!!!!!!!!!!!