11 de marzo de 2009

Falso derecho de la derecha.




En los últimos diez años he escuchado, en boca de directivos de medios y algunos periodistas, que para tener éxito en radio "hay que copiar lo que hace radio 10". Parece ser una plantilla inequívoca del alto rating. La emisora es sin duda la más escuchada de Buenos Aires, sin embargo su éxito no se debe "a lo que se puede copiar", es, en la profundidad de los personajes que conforman la programación, en donde está el verdadero motivo de su encendido.
No se necesitan émulos de Oscar González Oro, ni imitadores como Rolo Villar, ni contar chistes groseros a las 9 de la mañana, para atrapar a la gente... hay un contenido que está entre la morbosidad y el instinto de supervivencia sin reglas morales, es la radio que está dirigida al "enano fascista" que Oriana Fallaci descubrió en los argentinos. Para ser radio 10 sus periodistas, conductores y opinadores están de acuerdos ideológicamente, no por imposición sino - casi - por naturaleza, con el pensamiento y la posición política de su mentor: Daniel Hadad.
Hadad podría ser un representante de la rebeldía derechista. Mientras la izquierda, se dice casi románticamente, suele ser bohemía y soñadora, la derecha de radio 10 es materialista e hiperrealista. Para Radio 10 la inseguridad justifica las armas, la belleza de la mujer su vejación, y cualquier modo suave será homosexualidad. Una ocupación pacífica será una ocupación y sus protagonistas siempre "okupas", un villero un sospechoso y Punta del Este un lugar magnifico para vacacionar. De su "envidiado" prime time, es decir el horario de mayor encendido, nació el odio a los piqueteros, especialmente cuando cortaban el tramo de la Panamericana a Pilar, capital de los barrios privados en donde viven la mayoría de los integrantes de la radio. Suenan campechanos, hablan de esa infancia feliz de nuestros viejos, emulan algunos rasgos paternales, no admiten el consumo de drogas, aunque sí de alcohol, y ponen a la mujer en el recóndito lugar de la locutora que opina casi como una tonta, como acompañante necesaria para volcar en ella la misoginia reinante. Es una radio machista, una especie de estudiantina cruel que dice defender el interés común pero promueve el odio social y no profundiza jamás la razón de la violencia, solo defiende formas de extinguirla con la llamada "mano dura".
El modelo máximo de intolerancia es liderado por el actor-conductor Baby Echecopar, un provocador en todo sentido, contradictorio, ultra derechista. Este actor devenido en conductor radial se ríe de la gente que lo llama, en verdad Baby Echecopar es una figura desacreditada del ambiente artístico, un pésimo actor, ni siquiera pose el encanto de lo bizarro, y un comunicador limitado. Destila odio, es poco solidario y hace reir mediante guarangadas que toman como víctimas a ancianas o personas de pocas luces que no saben lo que dicen, los engaña y los incorpora a sus sketches radiales. Muchos, que caen en sus redes, terninan riéndose de cosas terribles. Y sintiendo culpa por ser pobre, jubilado, cornudo, por haber tenido miedo alguna vez o y no haber sido un temeriario. El Baby hace un personaje que trastoca los valores con los que fuimos criados y distorsiona el lugar que la comunicación debe ocupar, no hay emoción en ese espacio, ni nada que aprender, solo un morbosa necesidad de revelar lo inclasificable.
Es lo opuesto a lo que propone Alejandro Dolina en la misma programación, en donde desconcierta su sensibilidad y profesionalismo... ¿Qué hace Dolina en radio 10?. Lamento que muchos directivos de radio no se detengan en la propuesta de Dolina ( es única e inmitable, como cualquier genialidad) y si se sientan atraídos por buscar émulos del Baby o el negro Oro para su programación.
Sin duda, el mayor atractivo, para sus millones de seguidores, es la abundancia de entretenimiento, Hadad lo menciona en su weblog : "Sin desconocer la responsabilidad social de un medio de comunicación, entendimos la importancia de romper los tradicionales formalismos que se veían (y se escuchaban) en las viejas radios. Radio 10 apostó a lo lúdico. Trabajar sin dejar de divertirse. Y al aire, eso se nota. El oyente lo percibe. Y lo disfruta."
Javier Restrepo, casi mi maestro, refiere en su consultorio de ética a la unión de "Periodismo y Entretenimiento" y cita a Michael Kunczik, quien en sus "Conceptos de Periodismo" asegura que los periodistas que producen entretenimiento tienen opiniones muy bajas de sus lectores: "La imagen despreciable del público sirve como justificación y pretexto. Un buen sueldo y mucha libertad personal, hacen la vida soportable para estos periodistas. Los autores del estudio suponen que la motivación principal de los periodistas de entretenimiento debe ser su gratificación personal fuera del trabajo, y no la necesidad de comunicar. Muchos de estos periodistas con su opinión negativa del entretenimiento no pueden obtener prestigio ni de su producto ni de sus lectores, y tienen grandes problemas con la opinión de sí mismos. La conclusión que se puede sacar de este estudio es que, cualquiera que no pueda imaginar el entretenimiento como algo legítimo y necesario, con funciones sociales positivas, también incluye la información e ilustración del público."
Que la escuche tanta gente es más que preocupante y que sea la envidia de los "creativos" de medios es mucho más. Este año radio 10 cumple una década en el aire mientras que en las facultades e instituciones de formación periodística goza de muy bajo prestigio, en criollo los periodistas se forman odiándola, mientras los dueños de los medios la quieren copiar. Tal anacronía pone a los periodistas de radio en el incómodo lugar de festejar chistes malos o groseros y en tratar de remontar la realidad en medio del desprecio a los valores humanos. El resultado es fatal.

publicó >> Fabián Andrés Scabuzzo

9 de marzo de 2009

Observación, solo observación


Cuántos oídos debe tener un hombre
antes de que pueda oir llorar a la gente.
Cuántas muertes harán falta para que sepa
que ha muerto demasiada gente...

Cuántas veces puede un hombre volver su cara
fingiendo que, simplemente, no ve
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento.
La respuesta está soplando en el viento.



"blowing in the wind", © Bob Dylan 1962
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