17 de julio de 2010

La Reina que volaba

Valis era la Reina de una región pequeña y casi desapercibida.
Provisiones, buenos y obedientes súbditos, familia y castillo formaban parte de su reino de características sencillas y amenas.
Pero algo le faltaba.
No se sentía completa, algo le decía que no estaba en sintonía con su entorno; sus injustificados (para los observadores) enojos, sus insatisfacciones momentáneas y no entendidas por su contexto, su temeridad de que le observen sus escritos donde volcaba su corazón y pasión, le advertían que algo no estaba del todo bien.
Valis vegetaba con su resignación a cuestas, hasta que el destino la cruzó con un misterioso caballero de una aldea lejana llamado Rodixx, de quién se decía que sabía volar.
La Reina comenzó a cruzar correspondencia con ese enigmático personaje, a quién ella llamaba Darliz por su semejanza con un noble caballero de leyenda.
Curiosamente Rodixx le prestó una intensa atención, ya que observó en las breves cartas de presentación que Valis era especial.
Nunca sabremos porqué Rodixx, o Darliz para Valis, sabía volar, el hecho es que lo hacía, y se propuso enseñarle a la Reina a hacerlo.
No fue difícil ya que lo observado por Rodixx se confirmó, Valis tenía todas las condiciones para poder volar a gran altura.
Valis sabía que en su comarca resultaría imperdonable si trascendía su travesura, sin embargo siguió adelante. Rodixx valoró considerablemente esta situación, y se prometió cuidarla.
Cada carta, cada contacto era un avance en la calidad de vuelo, hasta que un día se propusieron volar juntos y lo lograron.
El deseo de Valis es seguir volando con su instructor,
Rodixx sabe que es inalcanzable poder seguir haciéndolo junto a la Reina.
Rodixx es feliz viendo a Valis volar.
Valis ahora ve el mundo desde otra perspectiva, descubriendo el lenguaje de la piel en vuelo y, por sobre todo, sabiendo que volar es posible.

Sin embargo, pasó lo que se negaban a notar; Rodixx sólo observaba el vuelo de la Reina, y Valis se olvidó que alguna vez debía aterrizar.
El golpe fué doloroso, descarnado; esos que no matan pero hieren.
Rodixx quedó confundido, nunca pensó en el aterrizaje; quizás creyó que todos serían hábiles como el; y dolorido porque no cumplió con su promesa de cuidado.
Valis doblemente herida, con la ambiguedad terrible del deseo de volar, pero sin mas capacidad de afrontar el dolor del aterrizaje.

Final 1.
Rodixx sabe y confía que la Reina Valis valorará lo que vió y sintió volando, y que alguna vez recordará que es capaz de hacerlo, y aprenderá a aterrizar suavemente.

Final 2. ,
La Reina Valis le agradece a Rodixx lo que le hizo vivir y sentir, y se resigna a nunca mas volar, ya que no cree que es capaz de aprender a aterrizar.

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