20 de marzo de 2011

Para pensar en un día de lluvia.


Una de las mayores dificultades de la teología es explicar la fe a aquel que no la posee.
El racionalismo simple de "ver para creer" se combate fácilmente con el "... entonces demostrame que no existe".
Sin embargo hay un pensamiento pretendidamente "lógico" que desafía permanentemente a la fe; así las cosas, la fe vuelve a ganar porque también desde la limitadísima "lógica racional" se puede llegar a la demostración de la existencia de Dios, veamos:


1. Si toda causa produce un efecto, entonces, no pudo haber un primer efecto que produjera una causa, sin a su vez haber tenido una causa que lo provocó, ya que sin la causa que ocasione ese efecto, no habría existido el efecto que tendría que haber nacido de ese efecto de una causa, la cual a su vez tendría que haber sido un efecto de otra causa.

2. Si un efecto sin causa existió, entonces significa que un efecto puede no necesitar una causa.

3. La única respuesta es que hay algo que no tiene causador, y que aún siendo así, produce un efecto.

Esto es:

El Universo es una causa, el efecto producido por una causa, exactamente lo contrario a nuestro pensamiento "lógico".

Pero la causa de este efecto (el Universo), no puede tener una causa, o sea, lo que creó este efecto o consecuencia, definitivamente no puede tener una causa, sino que es la causa del efecto este que llamamos Universo.

Porque si esa causa que tuvo el efecto de crear el Universo tuviera a su vez una causa de la cual fuera el efecto, tendríamos que encontrar qué lo causó.

Y maravillosamente llegaríamos siempre al mismo lugar, una causa sin que la cause nada, la causa de todo, absolutamente incomprensible para nosotros, y que no fué causado por nada.

O sea un Creador.

Piensenlón.
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