Sócrates, de ser argentino hoy, no podría ser ni político, ni empresario, ni periodista, ni ...
Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:- ¡Maestro!, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…
Sócrates lo interrumpió diciendo: Espera: ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
-¿¿Los Tres Filtros…??
- Sí - replicó Sócrates. El primer filtro es la verdad. ¿Examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
- No… lo oí decir a unos vecinos…
- Pero, al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro que es la calidad: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
- No, en realidad no… al contrario…
- Ah; interrumpió Sócrates.- Entonces vamos al último Filtro. ¿Es necesario que me cuentes eso?
- Para ser sincero, no…. Necesario no es.
- Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… ¿lo sepultamos en el olvido…?
Sócrates lo interrumpió diciendo: Espera: ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
-¿¿Los Tres Filtros…??
- Sí - replicó Sócrates. El primer filtro es la verdad. ¿Examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
- No… lo oí decir a unos vecinos…
- Pero, al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro que es la calidad: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
- No, en realidad no… al contrario…
- Ah; interrumpió Sócrates.- Entonces vamos al último Filtro. ¿Es necesario que me cuentes eso?
- Para ser sincero, no…. Necesario no es.
- Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… ¿lo sepultamos en el olvido…?
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