4 de diciembre de 2008

Algo que ni mi abuelo ni mi viejo imaginaron, ( o sí?)









¿ Será un sueño ?
(Los títulos son mios, y nada menos que el resto es de mi amigo Arcucci de La Nación)




¿Habrá que seguir dando por cierto que hay ciertos métodos que pueden aplicarse con éxito en clubes chicos, pero no son adaptables a los clubes grandes?

¿Habrá que seguir aceptando que las presiones y las obligaciones que sufren las instituciones de mayor convocatoria y, por lo tanto, de mayor repercusión, justifican los constantes cambios de rumbo, por espasmódicos que sean?

"En Tigre o en Lanús podés esperar, pero en Boca o en River, en San Lorenzo o en Independiente y hasta en Racing, no hay tiempo; tenés que ganar" , suele contestarse, cuando lo que se pregunta es por qué no se aplica la fórmula de aquellos chicos a alguno de estos grandes, sobre todo los más necesitados.

Pero lo cierto es que la coherencia en la política y la constancia en los resultados de Tigre y de Lanús, justamente, obliga a plantearse que esa respuesta no es ni debe ser tan contundente.

Se trata, al fin y al cabo, de elegir un camino y mantenerse en él con la firmeza del convencido.
Desde el Apertura 2007 hasta este Apertura 2008 que empieza a definirse, con el Clausura 2008 en el medio, Tigre y Lanús han desarrollado campañas con resultados y filosofía casi idénticas.

Los dos dominaron el primer torneo, en el que Lanús fue campeón y Tigre, subcampeón.

Los dos sintieron el esfuerzo en el segundo torneo y así Tigre terminó 14° y Lanús, 16°.

Los dos, por supuesto, les dieron continuidad a sus cuerpos técnicos: uno, de hecho, con Cagna; el otro, conceptualmente, con la natural sucesión de Zubeldía por Cabrero.

Los dos vendieron más de lo que compraron. Y aun cuando se fueron hombres fundamentales, como Román Martínez y Galmarini o como Lautaro Acosta y Pelletieri, el espacio que dejaron fue cubierto por los que venían empujando de abajo.

Así, los dos llegan a esta instancia decisiva del torneo con un protagonismo renovado, que desmiente cualquier síntoma de casualidad y que se sustenta, sí, en resultados. Los 89 puntos de Tigre y los 87 de Lanús en la suma de los últimos tres torneos se... engrandecen todavía más cuando se los compara con los 79 de River, los 77 de Independiente, los 61 de Racing y hasta con los 94 de San Lorenzo.

Boca, el club grande más ganador de la última década, evaluará el trabajo de Carlos Ischia al final de este torneo para decidir su continuidad.
En realidad, esperará a ver si sale campeón, o no.

Preguntarse entonces si la vuelta olímpica es lo único que vale,
¿merece también una respuesta diferenciada, según sean grandes o chicos?






















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