11 de febrero de 2011

El fútbol y yo. (largo pero entretenido -creo-)


Nunca me consideré un fanático del fútbol, como los muchos que hay, simplemente me considero un observador de un fenómeno social/personal que afecta de una u otra manera a (no exagero) el 95% de los argentinos, y el resto del mundo quedará libre de poner su porcentaje particular.


Desde ya adhiero fervientemente a los conceptos de Alejandro Dolina en su precioso "Memorias del Angel Gris" donde define al fútbol como una "escuela de vida" ya que se pueden observar en él todo el espectro de filosofías y curiosidades que nuestro derrotero por este mundo nos presenta.
Aunque me veo muy tentado a recorrer los caminos que Alejandro D. transita en sus observaciones, solo recomendaré su lectura para que cada uno se asombre, como yo, en descubrir cómo aún hoy el dueño de la pelota es el que siempre juega, el tronco y alto sabe que a lo máximo que puede aspirar es ir al arco, que el zurdito siempre jugará por la izquierda y que no podrá nunca ser "cuevero", que el "rústico" siempre dependerá de su efectividad para que lo convoquen a jugar, y que el habilidoso siempre podrá dormir una hora mas que los demás o que faltará a los "entrenamientos" porque siempre, pero siempre, lo esperarán.
Ergo, el "niño jugador" aprende desde temprano a saber que lugar ocupa frente a sus pares, y que lugar nunca ocupará; se enfrenta prontamente al juicio de su entorno, será admirado por sus habilidades, será elogiado por sus esfuerzos y será puteado cruelmente por sus negligencias o abandonos.
Estas cosas y muchas màs, afirma Dolina, son las enormes ventajas que le llevaba (porque las cosas están cambiando), el hombre a la mujer: un muchachito de 15 años que se haya apasionado del fútbol desde niño, a esa edad ya ha tomado no menos de 200.000 decisiones que involucraron su buen o mal juego colectivo, su habilidad, destreza o voluntad ya ha sido evaluada, aceptada o rechazada cientos o miles de veces, ya sabe claramente que lugar ocupa en su grupo y, lo que es mas importante, cual nunca podrá ocupar. Mientras que su eventual compañera de la misma edad y el mismo contexto social, recién deja las muñecas y su visión de la vida tiene mas que ver con las telenovelas o idealizar al cantante de moda.

A modo de apostillas curiosas nombraré algunas de las tantas cosas que los principales protagonistas del fútbol (los jugadores), en su aspecto paralelo al contacto con la pelota, han generado y a mi me han impactado, y que invito a profundizar ya que es una apretadísima síntesis de sus hechos:


Tomás Felipe Carlovich "el Trinche": el mejor jugador que vimos la gente del ascenso, Maradona y yo. Mediocampista de su querido Central Córdoba de Rosario, equipo al que se negó sistemáticamente a abandonar, rechazando múltiples ofertas, "porque es el de mi barrio" decía.
Creador y único ejecutor del "caño de ida y de vuelta", para el tenía tanta validez el partido como el 3º tiempo con un tinto en la mano; amigo incondicional de sus amigos.
La Selección Argentina en un partido de preparación para el Mundial 74´, convocó para enfrentar para una Selección Rosarina a 5 jugadores de Rosario Central, a 5 de Newels Old Boys, más Carlovich. (la cosa era Carlovich con 10 más).
Más allá de algún intento frustrado, "el Trinche" siempre se quedó en su humilde C.Córdoba donde aún se lo encontrará enseñándole a chicos como se hacía el "caño de ida y de vuelta", tinto en mano, panza afuera y divirtiéndose mucho en "su" barrio.


Fernando"El Rifle" Pandolfi: extraordinario goleador, jugó todo lo que cualquier jugador desearía: Primera División, Copa Libertadores, Copa Intercontinental, Recopa Interamericana, Supercopa Sudamericana.
Formado en Velez Sarsfield, en la cúspide de su carrera (28 años) pasó a Boca Juniors y cuando "le hincharon las pelotas (sic)",abandonó todo por la música y porque no le dejaban fumarse un pucho en el banco de suplentes.
Hoy se lo puede ver y oir con su banda "Actitud Sospechosa" tocando y fumando por ahí muy feliz, sin ningún síntoma de los que creemos se producen por renunciar a cifras millonarias.


Quisiera nombrar también el enorme gesto de Guillermo Barros Schelotto que vino de EEUU a jugar gratis para su querido Gimnasia (rechazando varios cientos de miles de dólares que aún hoy podría cobrar), a René Housseman que nunca pudo abandonar su querida villa y todo el dinero que ganó lo dió y/o se lo sacaron sus amigos, al increíble goleador de Tigre René del Valle Herrera, un terrible "pachorra" que se transformaba en un velocista luego de una inyección de agua que le colocaba el médico del plantel que le hacía creer que era una sustancia traída de Filipinas (este relato es una exclusividad familiar por la cercanía con el médico involucrado).


Bueno, basta! demasiado pa´blog, este tema es mas pa´libro.

Salutte.

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